viernes, 1 de abril de 2016

Volver, como en el tango...



Ya hace 2 semanas del regreso y todavía no me acomodo.

Cuesta volver a la rutina cuando las vacaciones fueron tan GENIALES. Y es que así es cualquier "mi lugar en el mundo": NO TE SUELTA NUNCA MÁS.

Ya volví a trabajar.

Ya volví al gimnasio (estoy a puré de ibuprofeno)

Ya pasé por el consultorio de mi médico y pedí turno, recetas, orden de análisis... lento pero de vuelta al sendero.

Salir de vacaciones es hermoso. Salir de vacaciones con diabetes es igual, pero con aderezo!!!

Les presento a mis nuevos amigos:


Tengo dotación de pulseras identificatorias suficientes (hasta el próximo viaje) y mis 2 carteras frío para transportar la insulina. Una de ellas la estrené para el regreso. Todo comprado por Amazon.




Tuve la posibilidad de encontrarme con otras carteras transportadoras de otra marca en una farmacia de la famosa cadena CVS:


Caminé un promedio de 10km por día y cerré el mes de marzo con un NUNCA VISTO de 233.80km ¡Quiero más vacaciones!

Autocrítica mediante, siempre digo que "estas vacaciones voy a mantener los registros al día..." cosa que nuevamente no hice. Para no perder la costumbre. Así que unos días antes de ir a la consulta con mi médico me pondré a lo loca a cargar datos.

No comí todo lo que hubiera querido pero comí mucho, rico, diverso: hubo hot dogs en los carritos de Central Park, red velvet cupcake de Magnolia, las sopas (completa y totalmente deliciosas) de Pret y Hale & Hearty... los wowfull y la ramen burguer!!! Helado orgánico de Blue Marble y de la Brooklyn Ice Factory. Una hamburguesita con sus fries al lado en el Mc Gee's (que si veían How I met your Mother es el pub irlandés en el que se inspiraron para crear el McLaren's)... quedaron en el tintero los pretzels, donuts, bagels y el sandwich de pastrami. Será la próxima.

Me traje un par de tubos de pastillas de glucosa, peppermint patty sin azúcar, hershey's sin azúcar agregado, coconut chocolates sin azúcar agregado, en Washington me crucé con la mejor pastelería de EEUU, según dicen ellos (yo les creo), y comí un red velvet cupcake... si, sin azúcar agregado!!! Tremendo de toda tremendez.

Hace unos días se terminaron de descongelar los geles de la cartera frío y ahora estoy usando las insulinas que traje dentro de ella. Rise and shine! [¿¿¿entendés que ahora puedo buscar un hotel/hotelucho que no tenga ni un hielo a kilómetros de distancia y que sea muy barato porque mis insulinas van a estar conservadas??? HIUPI]

Sentirás tanta nostalgia, que te querrás morir, y no hay nada que puedas hacer al respecto, aparte de aguantarte. Pero lo harás y no te matará. Y un día, el sol saldrá... quizás no lo notes de inmediato, pero será esa sensación... Y luego te darás cuenta de que estás pensando en algo más... en alguien que no tiene conexión con el pasado. Alguien quien es sólo tuyo. Y te darás cuenta... que aquí es donde está tu vida. 

(Brooklyn)


Sweet at last!

4 comentarios:

  1. Si no tener que depender de llegar a un hotel con frigobar en el cuarto es genial,

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    1. Se nos amplían los límites grandemente... aunque (está en unas entradas del blog más atrás) en Europa usé de refrigerador el alféizar de las ventanas. Oups.

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  2. Menos mal q prácticamente todos los hoteles tienen necera pequeñita pero no hay q fiarse, yo siempre llevo las cargas.empezadas y asi no necesitan frio

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    1. Pero ya sabemos que existe otra opción. En Europa he pasado por varios hoteles sin nevera y ya no tengo que sufrir pensando que hacer con la insulina. Una preocupación menos... Gracias por leerme!

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